Los comicios del próximo sábado serán cruciales para que los movimientos y las líneas ideológicas surgidas de la Revolución de las Cacerolas puedan poner las bases para la creación de una Islandia renovada.
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Austurvollur, la plaza del Parlamento.
Los islandeses votarán el próximo sábado para formar el tercer parlamento nacional desde el colapso económico de octubre 2008. Después de haberle dado en 2009 el gobierno a una coalición de partidos del centroizquierda tradicional (Alianza Socialdemócrata y Movimiento de Izquierda Verde) y de haber impulsado a los dos partidos del centroderecha de toda la vida al gobierno otra vez en 2013 (Partido de la Independencia y Partido Progresista), estas elecciones se presentan como un auténtico plebiscito para determinar quién debe liderar el país ahora que la economía parece (subrayo, parece) que se ha recuperado: si la vieja o la nueva política.
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