El presidente de Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida), Kanayo Nwanze, visita la huerta de Fanose Assafa, en Etiopía, creada en el marco de un proyecto de irrigación de pequeña escala; ahora ella es autosuficiente y logró su seguridad alimentaria.
El primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos exige “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo” para 2030, una meta y un plazo ambicioso, sin duda, pero como debe ser porque no podemos darnos el lujo de perder tiempo.
La pobreza está tan ligada al hambre, las migraciones, el desplazamiento forzado, los conflictos y la degradación ambiental que priorizar su erradicación no solo es un imperativo moral y económico, sino también esencial para atender los más acuciantes asuntos globales de nuestro tiempo.
Para erradicar la pobreza, debemos concentrar nuestra atención en las áreas rurales de los países en desarrollo, donde viven las tres cuartas partes de las personas más pobres y que más hambre pasan en el mundo
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