dilluns, 17 de juliol del 2017

Cruzando el desierto de EU, una desesperada forma de poner tierra de por medio con el hambre y la miseria del sur



El clima extremo del verano propicia mayor flujo de migrantes de México a Estados Unidos; la ola de calor dificulta la vigilancia de la Patrulla Fronteriza del país vecino, pues sus agentes no soportan las temperaturas superiores a 50 grados centígrados




Autoridades estadunidenses alertaron a estas personas a evitar cruzar el amplio y árido desierto de Sonora durante junio, julio y agosto para evitar golpes de calor, insolación y deshidratación. Sin embargo, cruzar la región no es obstáculo para ellos: “El calor nos viene guango cuando el hambre aprieta”, aseguró José Castillo, originario de Veracruz.

Detalló que las temperaturas elevadas hacen que los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos disminuyan sus rondas; aun cuando los detectores se enciendan al cruzar, aprovechan el tiempo para avanzar unos dos kilómetros de territorio estadunidense.

En el ejido La Victoria, a 50 metros de las vías del tren, se encuentra el comedor San Luis Gonzaga, fundado por el sacerdote José Gilberto Lezama, que a diario da alimentación y asistencia médica a alrededor de 180 personas que llegan encaramadas en La Bestia, como llaman al ferrocarril.

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