dimarts, 15 d’agost del 2017

Finlandia empieza a emitir señales de éxito en su Renta Básica Universal


Finlandia ya lleva medio año de trayectoria experimental. Y, con toda la cautela y prudencia del mundo, porque Helsinki sólo se ha propuesto desvelar las conclusiones en 2019, cuando se haya acabado la dotación presupuestaria desplegada para su puesta de largo. Lo hará la Kela, agencia supervisora del estado del bienestar finlandés, que supervisará durante el bienio en curso una serie de indicadores objetivos, como los ingresos familiares, el pago de impuestos o las compras de medicamentos -entre otros-, para determinar si la RBU de 560 euros mensuales con la que gratifica a sus desempleados registrados en 2016, el 10% de la población activa, resultan ser un acicate para la búsqueda de empleo. O para subsistir mientras realizan tareas precarias desde el punto de vista salarial. En esencia, la nueva cultura del trabajo en los mercados laborales de las grandes potencias industriales. En la era post-crisis.




La OCDE dice que la Renta Básica Universal (RBU) no es una “bala mágica” contra la pobreza, pero admite sus efectos positivos, por ejemplo, en la sostenibilidad de las pensiones. Iniciativa que gusta a las grandes fortunas. Desde Bill Gates (Microsoft) a Mark Zuckerberg (Facebook), pasando por Elon Musk (PayPal o Tesla) o Jeff Bezos (Amazon) se declaran entusiastas de esta medida, cuyo nuevo estandarte lo porta, en la actualidad, el Gobierno de centro-derecha de Finlandia. Con visos de éxito.

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