dijous, 10 d’agost del 2017

Venezuela: La paz constituyente – Por Maryclen Stelling


La Asamblea Nacional Constituyente ocupa la atención nacional e internacional y se presta para todo tipo de apuestas sobre el futuro de la democracia venezolana.

Los resultados electorales, en un país polarizado donde imperan el desconocimiento y la negación del otro, han contribuido a dividir aún más a venezolanos y venezolanas. Mientras unos celebran el histórico caudal de votos, la oposición, que se negó a participar en el proceso, canta fraude y desconoce los resultados. Se instala la ANC, en medio de altas y contradictorias expectativas, en consonancia con la relación confrontacional entre los polos políticos.




Entre sus objetivos figura la promesa de “ganar la paz y reafirmar los valores de la justicia”. En el texto del decreto reza: “…el proceso constituyente es una gran convocatoria a un diálogo nacional para contener la escalada de violencia política, mediante el reconocimiento político mutuo y de una reorganización del Estado, que recupere el principio constitucional de cooperación entre los poderes públicos, como garantía del pleno funcionamiento del Estado democrático, social, de derecho y de justicia, superando el actual clima de impunidad”.

Ardua tarea, dado que el país ha estado sometido a una escalada de violencia de la mano del extremismo oposicionista, que pretende legitimar la cultura de la violencia como estrategia política para eliminar al adversario y alcanzar el poder. La violencia produce un impacto devastador de alto costo social: destruye normas culturales y las reemplaza por otras; trastorna identidades y socava la confianza en las instituciones.


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