dimarts, 22 de maig del 2018

PORTUGAL: La otra cara del milagro portugués


El gobierno socialista en minoría de António Costa, que cuenta con el apoyo del Bloque de Izquierda (Bloco de Esquerda, BE), de los comunistas del PCP y de los verdes, ha sorprendido a muchos sectores, en casa y fuera, con sus logros económicos. El Producto Interior Bruto (PIB) creció en 2017 un 2,7%; la tasa de paro ha caído por debajo del 8%, y el déficit público va camino de desaparecer.

Todo ello ha sido compatible con revertir buena parte de los duros recortes sociales que sufrió Portugal bajo el rescate internacional entre 2011 y 2014, tutelado por la troika de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. No es extraño, por tanto, que la izquierda, de capa caída en casi todo el resto de Europa, vea en Costa una especie de salvador, la prueba real de que existen alternativas a la doctrina de la austeridad impuesta por Bruselas y Berlín.





Sin embargo, conviene manejar cautela porque la recuperación y la buena marcha de la economía lusa se deben en gran parte a factores externos y difíciles de controlar. Portugal está de moda entre los destinos del mundo. Esta industria creció el año pasado un 10% y ya aporta un 7,1% al PIB. Igual que ocurre en España, el sector es uno de los motores de la creación de empleo y, también como aquí, ello explica la profusión de trabajos precarios y mal pagados. La avalancha de turistas está causando problemas en ciudades como Lisboa u Oporto, donde la extensión de pisos turísticos del estilo de los de Airbnb está expulsando a los vecinos de toda la vida.

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