dilluns, 15 de gener del 2018

BARBUDA De isla desierta a paraíso a la venta


Es la primera isla del Caribe a la que Irma golpeó con su furia. El huracán más potente jamás registrado en el Atlántico dejó aquí más de 1,600 refugiados climáticos: toda la población, que tuvo que ser evacuada a la vecina Antigua. Pero para muchos habitantes de esa isla que quedó desierta, el peor ciclón estaba por llegar: la amenaza de que el gobierno aproveche la reconstrucción para comercializar las tierras comunales que hasta ahora sus habitantes se han pasado de generación en generación.




En sus 60 años de vida en el Caribe, Hermita Thomas ha visto pasar muchas tormentas, pero nunca pensó que una de ellas la expulsaría de su isla. Por eso, luego de que Irma arrasó con Barbuda y el gobierno emitió una orden de evacuación obligatoria, ella se resistió a abandonar su casa.

Hasta que llegó una patrulla de policía que la obligó a tomar un barco rumbo a la isla de Antigua, con la que Barbuda comparte país, y se convirtió en una de las más de 1,600 personas evacuadas ante el inminente avance de otra tormenta, bautizada José, 

Por primera vez desde que se tienen registros, el 8 de septiembre de 2017 Barbuda se convirtió en una isla desierta. Para los evacuados se abría una etapa de incertidumbre. Con el 90% de las infraestructuras de la isla destrozadas, árboles y postes de luz caídos y playas vírgenes dañadas, el gobierno de Antigua y Barbuda estima que reconstruir la isla costará entre 200 y 250 millones de dólares, un dinero del que no dispone, y para el que ha apelado a la ayuda de la comunidad internacional.

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